23 de abril de 2009

Toda una vida de literatura.

Esta humilde oda, se la dedico a ese objeto tan amado por algunos, tan odiado por muchos, que llena nuestras estanterías de nuestras habitaciones, está lleno de páginas, y su alma son sus palabras, va por él, que para eso es su día, que también es el tuyo, lector, que le das vida al libro.


Por favor, ábreme,

pruébame, disfrútame,

cada letra paladéala,

cada palabra relámela,

explosiones de sabores

por tu cuerpo recorrerán.


Muchas ilusiones en la portada,

en una página tanta dulzura,

en la siguiente tanta amargura,

siguiendo puñados de hojas,

ardientes, templadas, heladas,

de pasión, de amor, de traición,

se entrelazan cientos de sentimientos,

en miles de millones de sensaciones,

sólo al final de la gran obra,

al llegar a la contraportada,

se esconde el último aliento.


Piénsalo, toda nuestra vida

es simplemente literatura,

y el escritor, eres tú, lector.

9 de abril de 2009

Do you Speak english?. 3ª parte: El increíble caso de Benjamín López, (basado en hechos reales).

Hoy, como colofón de esta pequeña trilogía os voy a revelar un pequeño secreto y una gran verdad, quien se atreva a conocerla, quien tenga agallas a conocerla, ya puede abrir bien sus ojos porque es una historia totalmente verídica, disfrútela, porque no tiene desperdicio.

El inglés, ese idioma que para mi siempre ha significado sinónimo de “necesita mejorar”, de “insuficiente”, de “suspenso”, vamos lo que coloquialmente se llama “calabazas”, ya que sistemáticamente he suspendido tooodos los trimestres de tooodos los cursos de primaria, y más tarde, de secundaria. Mi mente no consigue recordar un solo y miserable examen que haya podido aprobar de esa odiada asignatura en toda la educación obligatoria.

Todo cambió cuando con 21 años me presenté en Barakaldo y en Calahorra, a la prueba de acceso para grado superior en el cual me examinaron de tres asignaturas de 2º de bachiller: matemáticas, lengua castellana e inglés. ¡Oh! Sorpresa, sorpresa, aprobé en ambos lugares. En el País Vasco, pese a realizar una prueba de matemáticas nefasta, conseguí aprobar, aunque no te calificaban con una cifra, simplemente te decían si eras “gai”, o “no gai” (apto o no apto escrito en español), vale, me dijeron gai a la cara, pero si eso me permite seguir estudiando un grado superior, que me digan lo que quieran en euskera. Pocas semanas después, en Calahorra, donde la mayoría de los aspirantes suspendieron, obtuve un glorioso 7,71 y aunque suene pretencioso y hedonista, fue la tercera mejor nota de los más de 300 candidatos a la prueba en ese año, 2007. Personalmente, ha sido la mayor proeza de mi corta vida, y ha merecido la pena perder 100 batallas para ganar una sola guerra.

Conclusión: Parece algo inaudito que un estudiante que jamás ha aprobado inglés en su trayectoria estudiantil, cinco años después de pisar un aula de secundaria apruebe con nota un examen de un nivel superior al que le han enseñado. Sinceramente, si no me hubiera ocurrido esto en mis propias carnes tampoco me lo creería, así que, señoras, señores, opinen, opinen.

5 de abril de 2009

Do you speak English?. 2ª parte: El Cambio Lingüístico.

Éste es el ensayo de la segunda parte de la trilogía: “Do you Speak english?”. Lo escribí hace varios años para un trabajo de lengua castellana, y he aprovechado a publicarlo porque, sobre todo desde la mitad del relato hasta el final tiene mucho que ver con mi anterior entrada, espero que reflexionen, porque merece la pena leerlo hasta el final.

Durante la longeva historia de la humanidad, los hombres han tenido la necesidad de comunicarse, por ello en nuestro planeta han coexistido multitud de idiomas. Esta situación ha generado infinidad de disputas y malentendidos, incluso han avivado los sentimientos más patrióticos de algunas personas.

Pese a los problemas que ocasionan las diferentes lenguas en un mismo territorio, no han evitado que lejanos comerciantes hayan podido intercambiar bienes, la gente haya podido compartir sus costumbres y las civilizaciones se hayan convertido en crisoles de diferentes nacionalidades.


Hoy en nuestro país, se mezclan, aparte de nuestros idiomas propios, una gran diversidad de lenguas, gracias a la inmigración mundial, a la modernización de los transportes y especialmente al intercambio libre de personas y mercancías dentro de la Comunidad Económica Europea. Es por ello que la mayoría de las fronteras de nuestro viejo continente han desaparecido. Esto ha producido grandes ventajas para los miembros de dicha comunidad, incluida la mayor facilidad para viajar, trabajar, o conocer con más cercanía las culturas y lenguas de las personas que integran la Unión Europea.

Pese a los esfuerzos que realiza cada nación por mantener su lenguaje y sus costumbres vigentes, el mundo está ya tan globalizado que la cultura americana y su lengua han invadido gran parte del planeta.


Desde la más temprana edad nos obligan a aprender la lengua anglosajona, en centenares de puestos de trabajo nos exigen un alto nivel de inglés, Internet está infectado de miles de millones de páginas en el idioma británico, la informática y las nuevas tecnologías se basan en la lengua más internacional, la mayoría de la música que emiten las emisoras de radio es cantada en dicho idioma y por si no fuera suficiente, las multinacionales nos hipnotizan con sus eslóganes en versión original: “Always Coca-Cola”, “Nokia, conecting people”, “Nike, Just do it!”…

Es extremadamente probable que en un futuro inminente, las personas que no sepan hablar, escribir y leer correctamente el inglés serán calificadas como analfabetas, y paulatinamente irán desapareciendo muchos de los idiomas y dialectos que se emplean en la actualidad.

Todo el mundo teme el cambio climático y la destrucción de la diversidad de la fauna y flora, pero, ¿alguien se ha percatado del “cambio lingüístico” que está azotando nuestro planeta?. Un servidor sí, y lo que más me aterra de todo es que no se conoce un remedio eficaz para evitar semejante tragedia mundial.

1 de abril de 2009

Do you speak english?. 1ª parte: Donde dije digo, digo Diego.

Señoras, señoritas, caballeros, niños, niñas y demás humanos, aquí empieza mi trilogía sobre el idioma más hablado, escuchado, escrito y leído que jamás ha existido sobre la faz de la Tierra, el inglés. Empiezo mi periplo con la divertida carta que una señora escribió al programa de Luis del Olmo para que la leyera en directo, la cual os la remito a todos mis lectores:

"Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno. Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware. Yo, en el colegio, hice aeróbic muchas veces, pero, tonta de mi, creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor. Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap... Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings. Sacamos tickets, compramos compacts, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting; en lugar de acampar, hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.


Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino pantys y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el masaje. El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento. En la oficina, el jefe está siempre en meetings o brain storms ¡casi siempre con la public-relations!, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yogurt light y el body-fitness.


El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se jartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne. Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un programa. En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto,como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario “El Caso”, pero en moderno. Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping. Estas cosas enriquecen mucho. Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, sólo nos queda decir con acento americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra "SIESTA." Espero que os haya gustado... yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones".