20 de mayo de 2010

El Poder de una Afición


Cuando juega el equipo del Nervión
siempre lo hace con coraje y pasión
moviendo con arte el balón hasta meter gol

dejándose en el campo la piel y el corazón.

En cada partido, en cada segundo, en cada grada
los hinchas sevillistas los llevan en volandas
para conseguir en cada final la copa levantarla.

Lo llamarán, duende, fervor, locura, o veneración
pues este es el orgullo y sentimiento de nuestra afición.

2 de mayo de 2010

Sin trampa ni cartón.

Hoy en día todo está envasado, empaquetado y etiquetado: los alimentos, el menaje, los electrodomésticos incluso… las personas. Todo está embalado, en principio para proteger, al final, para aparentar, y hasta que no llega el momento de abrir dicho “paquete”, no sabes lo que realmente contiene. Esto es una constante en mi vida.

Da igual las etiquetas que lleve incorporado el envoltorio, o la veracidad del proveedor, hay que abrirlo y comprobar el material que guarda en su interior. Todos los días hay sorpresas, materiales incompletos, obsoletos, caducados, dañados… una vez terminado este proceso, el embalaje siempre va a parar a los contenedores de reciclaje.

Algo muy similar pasa con las personas, da igual la ropa que llevemos, el maquillaje que nos apliquemos, los complementos que usemos, o las joyas que nos colguemos, tarde o temprano, la verdad siempre sale a la luz. Porque la clave no está en lo que usemos para aparentar engañosamente nuestro aspecto. Lo realmente importante está dentro de nosotros, como expliqué en el párrafo anterior, el embalaje siempre acaba en la basura, el interior es lo que tiene todo el valor.

En la siguiente fotografía hay 51 retratos, en cada uno, una modelo profesional diferente, sin trampa, sin cartón, sin joyas, ni
maquillajes, sin conservantes, ni colorantes. Entre ellas están nombres tan ilustres de la pasarela como: Bar Refaeli, Karolina Kurkova, o Laetitia Casta. No voy a calificar ninguna polaroid, porque en cada poro de cada una de ellas transpira la auténtica naturalidad y sinceridad. Piénsalo, son ellas mismas, con sus mismas virtudes y sus mismos defectos, con la misma inteligencia y la misma personalidad. Lo que nos impide reconocerlas es porque no llevan puesto su mono de trabajo, simplemente eso.