12 de abril de 2010

Papel mojado y olvidado.

Atención, la sociedad está secuestrando a tantas vocales como puede por la recompensa de un puñado de euros, por ahorrarse unos pocos segundos. Arrancando de raíz todo el significado a las palabras, talando el lenguaje y convirtiéndolo en algo impronunciable, banal e ilegible. ¿Alguien hace algo por evitarlo?

La caligrafía ya ha dejado de ser manual y personal, ya todas las letras son de tipo Arial. Hasta nuestra firma empieza a ser digital.

Ya nadie necesita tachar sus errores, ni mancharse las manos con la tinta del bolígrafo, mucho menos, con el carbón del lápiz y es que, jamás volveremos a probar el sabor de los sellos porque el tiempo enterró las cartas en un moderno cementerio.

Sé que pronto, demasiado pronto, añoraré el tacto del papel, el particular sonido de pasar página, el olor de quien lejos de aquí, se acordó de mí. Todo quedará en papel mojado que alguien lo empañó con sus lágrimas de melancolía.