9 de mayo de 2009

El último discurso de "El Gran Dictador."

Ayer me dispuse a ver una viejísima pero gran película que tenía guardada entre polvo y telarañas, ese film es “El Gran Dictador”, de Charles Chaplin. La obra me hizo reír con la sátira y llorar con la realidad, pero lo que más me impacto fue el último discurso, que aquí lo trascribo para el que tenga paciencia para disfrutarlo, pero ciertamente merece la pena leer hasta el final. Para los más vagos tenéis el video abajo.

"Lo siento, pero yo no quiero ser emperador. No es mi oficio. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todo el mundo, si eso fuera posible: a judíos, gentiles, negros y blancos. Todos nosotros queremos ayudarnos mutuamente. Los seres humanos somos así. Queremos vivir para la felicidad y no para las miserias ajenas. No queremos odiarnos y despreciarnos mutuamente. En este mundo hay sitio para todos. La buena tierra es rica y puede proveer a todos.
El camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido el camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado al paso de la oca a la miseria y a la matanza. Hemos aumentado la velocidad. Pero nos hemos encerrado nosotros mismos dentro de ella. La maquinaria, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo se perderá.
El avión y la radio nos han aproximado más. La verdadera naturaleza de estos adelantos clama por la bondad en el hombre, clama por la fraternidad universal, por la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz está llegando a millones de seres de todo el mundo, a millones de hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que tortura a los hombres y encarcela a las personas inocentes. A aquellos que puedan oírme, les digo: -No desesperéis-
La desgracia que nos ha caído encima no es más que el paso de la avaricia, la amargura de los hombres, que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará, y los dictadores morirán y el poder que arrebataron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás.
¡Soldados! ¡No os entreguéis a esos bestias, que os desprecian, que os esclavizan, que gobiernan vuestra vidas; decidles lo que hay que hacer, lo que hay que pensar y lo que hay que sentir! Que os obligan a hacer la instrucción, que os tienen a media ración, que os tratan como a ganado y os utilizan como carne de cañón. ¡No os entreguéis a esos hombre desnaturalizados, a esos hombres-máquina con inteligencia y corazones de máquina! ¡Vosotros no sois máquinas! ¡Sois hombres! ¡Con el amor de la humanidad en vuestros corazones! ¡No odiéis! ¡Sólo aquellos que nos son amados odian, los que no son amados y los desnaturalizados! ¡Soldados! ¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!
En el capítulo 17 de san Lucas está escrito que el reino de Dios se halla dentro del hombre, ¡no de un hombre o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres! ¡En vosotros! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder, el poder de crear máquinas. ¡El poder de crear felicidad! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos. Lucharemos por un mundo nuevo, por un mundo digno, que dará a los hombres la posibilidad de trabajar, que dará a la juventud un futuro y a los ancianos seguridad.
Prometiéndoos todo esto, las bestias han subido al poder, ¡pero mienten! No han cumplido esa promesa. ¡No la cumplirán! Los dictadores se dan libertad a sí mismos, pero esclavizan al pueblo. Ahora, unámonos para liberar el mundo, para terminar con las barreras nacionales, para terminar con la codicia, con el odio y con la intolerancia. Luchemos por un mundo de la razón, un mundo en el que la ciencia y el progreso lleven la felicidad a todos nosotros. ¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos!."


2 comentarios:

Rubén dijo...

ha sido un post interesante y gracias por poner un vídeo, me he puesto primero a leer y al final le he dado al play, jaja

no sabía que el chaplin había hecho películas habladas y me ha sorprendido que haga el papel de hitler, se supone que esta peli es de comedia?

y tú benja que sabes algo más de historia que yo, este discurso es sólo de la peli o también lo dijo hitler, seguramente que sí pq hicieron un lavado de cerebro a todo el mundo

un saludo

Benlli. dijo...

Hola Rubén, fiel seguidor de mi blog.

Lo primero que quiero decir es que intenté publicar esta entrada en la fecha más próxima al aniversario de la muerte de A.Hitler, 30 de Abril del 1945.

Ciertamente escribir el discurso íntegro me ha cansado bastante, e incluso al releerlo se ha hecho demasiado denso, así que he buscado el video porque si no, casi nadie lo iba a leer entero.

La película es bastante divertida, si te apetece verla entera ya te la dejaré, seguro que te vas a reír.

A parte, en el film, se utilizan muchas especies de eufemismos, en vez de llamarse el dictador Adolf Hitler, se llama Astolf Hynkel, el país que domina no es Alemania, si no Tomania y así hay muchos paralelismos más, pero sobre todo intentaba ridicular al Gran dictador de Europa.

Ya estoy rezando para que este comentario no lo lea Burgo Gil Pejenaute (antigua profesora del colegio donde estudiamos), porque te suspendería la asignatura de Historia de por vida, (a mi me suspendía únicamente por tener mala ortografía).

Hitler nunca pronunció ese discurso, ni ninguno parecido, ni creo que se le pasara por la cabeza decir alguna cosa parecida.

Muchas gracias Rubén por tu comentario, sigue visitando mi página cuando te apetezca y dejándome comentarios, que ya sabes que me hacen mucha ilusión.
Cuídate.